La autovía a cuatro carriles que enlazará a la autopista Seis de Noviembre para comunicar a la capital con San Cristóbal, Baní y todo el sur del país, será inaugurada el 16 de este mes; pero hasta el momento, más de un centenar de comunidades que fueron divididas para dar paso a la monumental obra no se les ha construido un solo puente peatonal ni un puente de interconexión de vías.
La autopista, de tráfico rápido, velocidad máxima de cien kilómetros por hora, deberá ser cruzada por miles de estudiantes cuyas escuelas están ubicadas al otro lado de la vía ampliada, corriendo el riesgo de ser arrollados debido a que en el centro fueron colocadas barreras de protección de casi un metro de altura difíciles para niños de diferentes edades.
En la comunidad Doña Ana, la más grande del municipio de Yaguate, funcionan un líceo intermedio y una escuela con una matrícula que sobrepasa los tres mil estudiantes, la mitad de los cuales deberán atravesar la autovía saltando por la barrera.
Igual suerte corren las comunidades de Najayo Arriba, por donde se llega a la cárcel de Najayo en donde se desplazan cientos de personas diariamente y no se ha construido ni un puente peatonal, ni uno para comunicar con el recinto penitenciario y con una comunidad de más de 15 mil personas.
Además de los centros escolares, en dichas comunidades funcionan iglesias, centros deportivos, clínicas y comercios que son frecuentados de un lado para otro con suma regularidad por los habitantes de esas comunidades.
Asimismo, las comunidades Ingenio Nuevo Lucas Díaz, entre Baní y San Cristóbal, Santana, Las Barias y Pizarrete, estos tres últimos distritos municipales, a los cuales no se les construyó un puente peatonal o un puente de entrada y salida de vehículos.
También otras comunidades ubicadas en Baní como son El Carretón, Paya, Iguana, Río Arriba, Valdesia, entre otras.
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