El chofer que robó RD$10 millones lo tenía planificado

El día del hurto fue a su casa, se cambió el uniforme y se puso una ropa cómoda
Santo Domingo.-No fue por un ímpetu, el chofer que se robó el pasado sábado los 10 millones de pesos tenía todo planificado.

Santo Dipitón Marte estaba acostumbrado a ir todos los días a su lugar de trabajo uniformado, el día del hurto no fue la excepción.

Sin embargo, luego de varias horas trabajando con su uniforme de la compañía Dominican Watchman National, regresó a su casa y se lo cambió por un jean, una camiseta y una gorra: “cómodo para la acción”.
Extraño...

Esa actitud, según su confesión, le pareció extraña al guardián Antolín López, de 63 años de edad, quien siempre acompañaba a Santo a recoger el dinero a las distintas estaciones de gasolina y otras empresas, pero no le prestó mucha atención.
Dipitón Marte volvió a su trabajo.

En la última estación de gasolina que se detuvieron a recoger el dinero, el chofer fingió una llamada de la compañía y le dijo a López que tenía que devolverse a buscar una valija de dinero que se le había olvidado en la oficina, el guardián se quedó esperándolo.

Después de media hora de espera, el guardián llamó a la empresa y contó lo que estaba pasando. Tomó un carro hasta las oficinas de la compañía y después de eso ha sido sometido a varios interrogatorios.

Investigaciones

De acuerdo a los investigadores policiales, Dipitón Marte pasó por su casa nuevamente y luego dejó abandonado el vehículo de la empresa en la comunidad San Marcos, en Puerto Plata.
Dipitón es oriundo de Nagua, pero vivía en Puerto Plata con dos de sus tres hijos, quienes tuvieron que irse a vivir con un tío.

Ejecutivos de Dominican Watchman National definieron a Dipitón Marte como un hombre responsable con su trabajo, tras indicar que ese robo los ha dejado muy sorprendidos.
El hombre, de 30 años tenía ya dos años trabajando en la empresa.

Santo es el tercer caso sonado en los medios de comunicación en los últimos meses que pasa de una persona de escasos recursos a ser un millonario, aunque sea de manera efímera.