Las obreras demuestran que las mujeres son eficientes en todas las labores - Campesino Digital

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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Las obreras demuestran que las mujeres son eficientes en todas las labores

Georgina que ahora es una mujer segura e independiente, confiesa que capacitarse en un oficio le ha cambiado la vida “pasé de ser una ama de casa rezagada y madre de tres hijos a ser una mujer totalmente activa y productiva”

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- “Yo soy madre soltera de dos hijas y puse mi taller para mantenernos”, dice orgullosamente Indiana Taveras, quien es ebanista y tapicera; y salió de la pobreza gracias a su empeño y talento.

Como Indiana, cientos de mujeres en distintos municipios han aceptado el reto de superar las carencias estructurales a las que aparentemente estaban condenadas.

Agrupadas en la Asociación de Mujeres Técnicas No Tradicionales (Amutec), 245 trabajadoras abrazan la determinación de construir una microempresa que le permita sostener su familia sin tener que abandonar el hogar.

Amutec es una organización de comercio asociativo que integra mujeres de municipios del Este y el Sur, las cuales se han capacitado en diferentes tareas no tradicionales para mujeres como: ebanistería, tapicería, electricidad y tallado de madera.

En una tienda ubicada en la calle Juan Pablo Duarte esquina Marcos del Rosario en el sector de Los Mina, las fabricantes de muebles y artesanías ponen a la venta sus creaciones.
Georgina Hernández, dirigente de la asociación que ayuda al empoderamiento femenino, dice que las miembras se colaboran entre ellas para facilitarse la compra de los materiales y elaborar sus muebles y artesanías para posteriormente, llevarlos a la tienda donde pueden vender o recibir encargos de clientes.

Unas 50 mujeres pertenecen a la asociación de manera más comprometida. Construyen su mercancía en sus talleres o sus casas, y tienen un día fijo asignado para atender el local. “En este centro, todas somos dueñas y no somos dueñas ninguna”, dice Georgina.
Llevan doce años empoderandose mutuamente

Las mujeres que integran la asociación creada en 1999, son egresadas del programa de capacitación que desempeña la organización Ce-Mujer, en coordinación con el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep).

Las participantes en los distintos cursos son orientadas sobre las posibilidades que tienen de cambiar sus condiciones de vida. Así se comienzan a germinar en ellas las ansias de superar sus precariedades, mientras que su autoestima va creciendo.

Georgina que ahora es una mujer segura e independiente, confiesa que capacitarse en un oficio le ha cambiado la vida “pasé de ser una ama de casa rezagada y madre de tres hijos a ser una mujer totalmente activa y productiva”.

En los ocho años que tiene perteneciendo a Amutec, se siente satisfecha porque le ha transformado la vida a otras compañeras.

“Hemos tenido mujeres que han sido maltratadas y amenazadas de muerte. Algunas han sido abandonadas por sus maridos. Llegan derrotadas al programa, con la autoestima destrozada”, expresa Georgina.

Tatiana Marte, es otro ejemplo de superación. Es ebanista y tapicera formada, que en la actualidad, se encuentra formando su taller dentro de su casa para elaborar muebles.

De las compañeras de Marte, algunas apenas han alcanzado un quinto curso y dependían económicamente de terceros. Otras, para sobrevivir se dedican a lavar y planchar ropa en casa ajenas.
Después que aprenden un oficio, viven en una casa mejor, envían a sus hijos a la universidad, pueden comprar un carro o una camioneta para trasladar sus mercancías. Se conocen con otras mujeres y se siguen capacitando.


El progreso también les cuesta esfuerzo
No todo es color de rosa. Lograr la superación les cuesta un gran esfuerzo a mujeres de Herrera, Los Alcarrizos, Boca Chica, Distrito Nacional, La Victoria y diferentes barrios de Santo Domingo Este.
La demanda de cursos muchas veces supera la capacidad del centro Fabio Amable Mota, donde asisten diariamente a aprender un oficio. Para cubrir los gastos de transporte, muchas venden helados y dulces. Cuando alcanzan cierto nivel de destreza en el oficio, comienzan a hacer sus trabajos.
Además de las carencias económicas, algunas son víctimas de violencia intrafamiliar, lo que les dificulta mantenerse dentro del programa.

Pero para las asociadas, estas barreras que superan les hace mujeres más fuertes, compasivas y les compromete a luchar por ayudar a aquellas que se encuentran subyugadas por la pobreza y la ignorancia.

acento.com.do

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