“Esto es para millonarios, no es para el pueblo”, dicen cubanos sobre precios de vehículos - Campesino Digital

Notas:

viernes, 3 de enero de 2014

“Esto es para millonarios, no es para el pueblo”, dicen cubanos sobre precios de vehículos

(La Habana, 3 de enero. DPA/AFP) – El gobierno cubano dio a conocer la entrada en vigor desde este viernes de la reciente reforma automotriz que permite la venta “liberada” de vehículos nuevos. Sin embargo, los precios de los mismos son astronómicos.

La medida, anunciada el pasado 19 de diciembre, autoriza la libre venta en el comercio minorista de automóviles importados a “precios de mercado”, que podrán ser adquiridos por la población sin contar con un permiso especial.

Las nuevas disposiciones que derogan las antiguas restricciones para “la compraventa de vehículos de motor” fue publicada hoy en la Gaceta Oficial de Cuba con fecha del 31 de diciembre.

Hasta ahora, los cubanos, los extranjeros residentes en la isla o las empresas estatales o extranjeras necesitan una “carta de autorización” para poder comprar un vehículo nuevo.

En la isla no fue posible durante décadas comprar vehículos nuevos. El gobierno de Fidel Castro abolió el libre mercado automotor poco después del triunfo de la revolución de 1959.

El Estado mantuvo así durante décadas el control para la compra y entrega de vehículos, otorgados por lo general como “premios” a funcionarios o médicos.

El gobierno de Raúl Castro liberalizó en octubre de 2011 parcialmente la compraventa de vehículos usados entre particulares. La medida, sin embargo, era sólo para autos fabricados antes de 1959.

El parque automotor cubano es conocido por ser uno de los más anticuados del mundo. En las calles de La Habana abundan los coches de fabricación estadounidense de primera mitad de siglo, y modelos soviéticos como el Lada. En los últimos tiempos han empezado a verse también más Geelys chinos.

Los engorrosos trámites para obtener un “carta de autorización” favorecieron la aparición de un mercado negro en los últimos años, según reconoció el propio gobierno. Las “cartas” se revendían a menudo de forma informal incluso a varios miles de dólares.

Las empresas del Estado serán las encargadas de importar los vehículos nuevos, según las disposiciones. Se estima que los precios se incrementarán con la entrada en vigor de la reforma.

La liberalización del mercado automotriz busca entre otras cosas mejorar el deficiente transporte público, señaló el gobierno.

Con Raúl Castro la isla caribeña impulsa en los últimos años un paulatino programa de reformas de mercado. Entre otras medidas, la apertura económica ha abierto espacios para la iniciativa privada.

“Esto es para millonarios…”

Un vehículo familiar Peugeot 4008 nuevo salió a la venta en 239.250 dólares en la comercializadora estatal SASA de La Habana, mientras que el fabricante francés lo ofrece en sus catálogos en Europa desde 34.150 euros (unos 46.000 dólares).

Los autos usados también fueron puestos a la venta a precios exorbitantes en la estatal Corporación Cimex: un Hyundai Sonata de 2010 en 60.000 dólares y un Volkswagen Passat de 2010 en 67.500 dólares.

“Yo pensaba comprar un auto, pero no me alcanza. Tenía más o menos 20.000″ dólares, dijo Dorian López, mientras miraba con incredulidad los listados de precios en la oficina de SASA cercana a la Ciudad Deportiva, en el suroeste de La Habana.

Un decreto publicado el martes estableció que la venta comenzara este viernes (primer día hábil de 2014 en la isla) y anticipó que los automóviles tendrían impuestos y otros recargos, que elevarían el precio en un 50%.

La nueva medida eliminó las “cartas de autorización” que el Ministerio de Transporte” entregaba a algunos cubanos, sobre todo músicos, médicos y otros profesionales que cumplían misiones en el exterior, para poder adquirir un auto.

“Esto es una barbaridad, no hay quien compre eso”,dijo Bernardo García, un chofer de camión de 35 años.
Decenas de miles de cubanos tenían este permiso, pero ese mecanismo estaba congelado desde abril. Ahora ellos tienen prioridad para adquirir un auto, por lo que su sorpresa y desazón fueron mayúsculas este viernes cuando conocieron los precios.

“Esto es una barbaridad, esto es para decir que en Cuba ya se están vendiendo autos, es una falta de respeto, no hay quien compre eso, no puede ser“, dijo Bernardo García, un chofer de camión de 35 años.

“Esto es abusivo, es una falta de respeto, nos han engañado miserablemente, porque llevo ya dos años con la carta. Esto es para millonarios, no es para el pueblo, ya no tengo opción de comprar”, dijo Mayra Echarpe, de 57 años, jefa de personal del Centro Nacional de Música Popular.

Reformas de gran impacto

Poder comprar un auto nuevo sin permiso estatal era uno de los reclamos que los cubanos hacían al gobierno de Raúl Castro, que autorizó en septiembre de 2011 la compraventa de automóviles usados, que también estuvo prohibida durante medio siglo.

Estas son las reformas de mayor impacto de las impulsadas por Raúl Castro desde que sucedió en el mando a su hermano enfermo Fidel en 2006, junto con la aprobación de la compraventa de casas y la nueva ley migratoria, que entró en vigor hace un año y permitió a los cubanos viajar al exterior sin pedir permiso al gobierno, por primera vez en 50 años.

Para los cubanos, con un salario promedio de 20 dólares al mes, tener un auto representa un lujo
Hasta 2011 los cubanos sólo podían comprar y vender los modelos de autos de antes del triunfo de la revolución de 1959, casi todos de fabricación estadounidense, conocidos popularmente en la isla como “almendrones”, muchos de los cuales sirven actualmente como taxis colectivos en La Habana.

Para los cubanos, con un salario promedio de 20 dólares al mes, tener un auto representa un lujo: un destartalado coche ruso de los años 80, Lada o Moskovich, puede costar unos 3.000 dólares, pero uno bien conservado vale unos 12.000 dólares.

Un almendrón de los que sirven de taxi también cuesta unos 12.000 dólares, pero los descapotables y muy bien conservados Chevrolet, Cadillac o Chrysler llegan a venderse en 80.000 dólares.

En Cuba, donde no se publican cifras del parque automotor, se estima que existen unos 60.000 “almendrones”, una cifra similar de autos rusos de los años 70 y 80, e igual número de coches más modernos fabricados principalmente en Europa y Asia.

El parque automotor cubano es reducido en comparación con el resto de América Latina, lo que permite que La Habana sea una ciudad donde prácticamente no existen embotellamientos de tránsito.

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