Por Alberto Peláez
El béisbol dominicano siempre ha sido una fábrica de talentos que brillan en las Grandes Ligas. Pero el caso de Wander Franco pasará a la historia no por sus hazañas deportivas, sino por el derrumbe estrepitoso de un joven que lo tenía todo y terminó perdiéndolo en medio de escándalos judiciales. Su historia es la radiografía perfecta de cómo la falta de control personal puede transformar al niño prodigio en símbolo de fracaso, mostrando que el talento, por sí solo, nunca ha sido garantía de grandeza si no va acompañado de disciplina, responsabilidad y respeto por la ley.
Franco debutó en Grandes Ligas en 2021 con los Tampa Bay Rays y rápidamente firmó un contrato histórico: 11 años por 182 millones de dólares. Con apenas 20 años ya era señalado como la cara del futuro de MLB, un torpedero con capacidad de bateo y defensa de élite. Sin embargo, mientras dentro del terreno brillaba, fuera de él se gestaba el capítulo que marcaría el inicio de su caída.
En agosto de 2023 estallaron denuncias sobre una supuesta relación con una menor de 14 años. La noticia sacudió al béisbol y abrió una investigación tanto de la MLB como de la justicia dominicana. Desde entonces, las imputaciones fueron en aumento. En julio de 2024, la fiscalía dominicana presentó cargos por abuso sexual de menor, explotación sexual comercial y trata de personas. En noviembre de ese mismo año, Franco fue arrestado en San Juan de la Maguana por posesión ilegal de un arma de fuego. Finalmente, en junio de 2025, un tribunal dominicano lo declaró culpable de abuso sexual de menor y le impuso dos años de prisión suspendida con condiciones estrictas. Incluso la madre de la menor fue condenada a 10 años de prisión por explotación y complicidad, lo que revela la magnitud del entramado.
El fallo judicial no es un simple tropiezo, es un muro que prácticamente clausura su carrera. Con antecedentes por abuso sexual de menor, obtener una visa para entrar a Estados Unidos será casi imposible y sin visa no hay MLB. El contrato millonario con los Rays quedó en pausa: lo colocaron en lista restringida y no cobra salario ni acumula servicio. Aun si lograra librarse de estos líos judiciales, la sombra de la política de violencia doméstica y abuso de menores de MLB lo persigue, una normativa que ya ha impuesto suspensiones de años a otros peloteros. Y en este caso el escenario es todavía más severo: la política de MLB establece sanciones firmes para todo jugador involucrado en violaciones sexuales, explotación o relaciones sexuales con menores de edad, lo que convierte a Franco en un candidato casi seguro a una suspensión indefinida o incluso a una expulsión permanente de la liga.

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